domingo, 22 de octubre de 2017

La montaña rusa de la vida

Y es que la vida es una auténtica montaña rusa, ¿o no? Hoy estás arriba, mañana estás abajo, pasado subiendo y el miércoles bajando a toda velocidad. ¿Importante? No estar parado... porque la montaña rusa en cuanto llega al final... ¡¡STOP!! Ahí finalizad todo.

He de reconocer que soy un poco "cagonis" y no me he montado en una montaña rusa en mi vida. Del tren de la bruja o del dragón con mis hijos no he pasado. ¿Qué pasa pues?

No concibo la vida sin esas subidas y bajadas, siempre con el cinturón de seguridad puesto y cumpliendo todas las normativas, no conviene convertirse en un "kamikaze" ni en pensar que aquí todo vale. No confundir que la vida sea una montaña rusa, con admitir que podamos bajar por ella a 100 km/h, sin atar, de pie, y saludando... seamos un poco serios.

¿Y sabéis qué? Después de ver y asistir el otro día al Congreso CEAJE en Zaragoza, (por cierto aprovecho para felicitar a AJE Aragón por su organización), me quedó más claro aún si cabe que las vivencias personales, esas experiencias de la montaña rusa son las que realmente llenan al que consigue sus objetivos. Montar en los caballitos, es chulo pero como máximo te sueltas de una mano para saludar a tus padres.... 





¿Y sabéis que me gusta también de la montaña rusa? Qué no te puedes bajar a la mitad... que cuando decides subir, hay que continuar, que ese miedo que se pasa bajando, o ese "¿que pasará?" al estar en pleno ascenso, es la adrenalina, la energía, la vitamina que te permite continuar y seguir hacia adelante.

Muchas veces hemos leído que "todos los emprendedores para conseguir el éxito tienen que fracasar anteriormente", "cae, levántate y sigue", "no hay éxito sin fracaso", etc... ¿a que sí? Son frases "cojonudas" (perdonen por la expresión pero como es domingo por la tarde vale), pero que hay que vivirlas realmente. Es cierto que no podemos abandonar a mitad, ni rendirnos, ni dormirnos, pero el golpe de la caída siempre es duro. ¿Lo importante? Mantener la ilusión y la actitud que teníamos cuando sacamos el ticket de la atracción. Sacarlo, pensando que en la primera cuesta te vas a rendir, no tiene sentido, porque la vida te llevará cual tronco se lleva el agua la corriente del río, sin rumbo y sin sentido.

Los que emprendemos, los que nos metemos en charcos sin saber cuanto cubre, conocemos todas estas sensaciones. Cierto es que siempre tenemos personas que nos aúpan, que nos sacan del charco o que nos ayudan a pasar por el lado del mismo que menos profundidad tiene. ¡¡Pero el charco lo pasamos!! Unas veces te mojas más y otras te mojas menos... pero algo de barro siempre te llevas.

Al final, el resumen de este post, es que la vida, sobre todo la vida de un emprendedor, es un continuo viaje de sube y baja, y así lo he querido transmitir a los que me leéis. Algunos, os sentiréis plenamente identificados, otros, quizá penséis que soy un "modorro" como dicen en mi pueblo.

He vivido la tensión de la subida, el miedo de la bajada, el susto de ir con la cabeza boca abajo, pero sobre todo, mi intención, es no rendirme y seguir disfrutando el viaje.

Tú eliges, ¿nos subimos a la montaña rusa? 

P.D. Gracias a dos personas muy especiales por hacerme este viaje mucho más sencillo y poder disfrutar de él, Jesús Lorente y Javier Lázaro


Alberto Joven

info@albertojoven.com
ajoven@seikoasesores.es

Twitter: @alberjv

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