jueves, 6 de enero de 2022

2022... ¿dónde me vas a llevar?

Pues nada, que ya lo tenemos aquí. Y ahora si que si. Año 2022, día de Reyes, pasados ya los buenos deseos y alegrías de Nochevieja donde todo parece magia y felicidad.


Nos encontramos, sin duda alguna (y siempre bajo mi prisma que para eso es mi blog 😛😛😛)  ante uno de los años con más incertidumbre de los últimos... ¿cuántos? Echa la vista atrás y dime...


Finalizó 2020 con una pandemia, COVID19, que arrasaba vidas y hospitales, pero que tenía una palabra que mueve montañas. Ilusión por unas vacunas, que estaban a punto de llegar a toda la población y mediante las cuales, nos enseñaron a pensar en positivo... deseando que cualquier futuro cercano iba a ser mejor. Lo estábamos tocando con la palma de la mano.


La realidad... ha sido otra. ¡¡Ojo!! Que no estoy diciendo que las vacunas no han valido para nada... nada más lejos de la realidad. Solo, pienso, vuelvo a pensar, miro, recapacito... y me atrevo a decir, que todos pensábamos que el día de Reyes de 2022 todo iba a ser mejor.


Estamos en un momento, de salud, social, político, de empleo... donde todo lo que mires, tiene altibajos y momentos de incertidumbre total. Por ello... el título de este post. ¿Dónde me vas a llevar?


La pandemia, la situación, el momento, se nos ha llevado la paciencia, la empatía, el pensar en los demás, y en general, se nos ha hecho grande, muy grande el YO.


Por suerte o por desgracia (yo entiendo que por suerte), trato con muchas personas a lo largo del año. Empresarial, laboral, personalmente... todos estamos teniendo el mismo defecto, que entiendo, compartimos, sufrimos. Nadie entiende una espera, nadie entiende un error, nadie entiende un método distinto de hacer las cosas que no sea el que te quieren imponer. El "para eso te pago", el exceso de exigencia, sin saber el sufrimiento que tiene el otro, o el momento por el que está pasando, es una de las realidades que la pandemia, ha traído para quedarse.




¿Y qué solución hay? Mala, lenta, problemática... La Administración no funciona, ni bien, ni mal. En general no funciona. Toques el palo que toques, hay gestiones que se enquistan, teléfonos que suenan y no se cogen, correos que no se contestan, notificaciones que se pierden... pero la espada de Damocles, sigue su curso... el afilador semana tras semana, prepara las mejores armas para atizar sin piedad al ciudadano indefenso ante la falta e imposibilidad de comunicación.


¿Y qué viene después de esto? El "para eso te pago"... por supuesto...


Si sigues mi blog, si me lees en redes, si has seguido mi trayectoria, sabrás que entre otras cosas, soy algo cabezudo, pero... también soy una persona positiva, emprendedora, luchadora, y que no tiene miedo a los retos. Tengo más miedo a las personas que a los retos... sin ninguna duda.


Esta pequeña reflexión en voz alta, no es otra cosa que dar luz a una situación que está minando mi sector principal de trabajo. No en sí mi sector, sino las personas que trabajan en mi sector. Personas de carne y hueso, que tienen dolores de cabeza, se hacen esguinces, sufren de COVID e incluso viven en un estado inmenso de estrés y ansiedad. Esas personas (como tú que estás leyendo esto), que son el centro de situaciones reales en la que la indefensión, se vive en primera persona.


Y claro que tengo retos para 2022, y proyectos e ilusiones. En caso contrario... ¿qué sentido tiene la vida? Pero acabaré como empecé... ¿te imaginas que en Reyes de 2023 estamos de nuevo leyendo un post similar a este? Jodido... ¿verdad?


No quiero nada más, solo hacer pensar. Piensa que cuando te estás quejando de algo, de alguien, ese alguien es una persona, como tú, y que posiblemente, la pandemia también está haciendo más difícil su trabajo. ¿O tú tienes las mismas facilidades que el 1 de febrero de 2020? Si es así... me explicas el cuento eh...


Resiliencia, empatía, paciencia... una mezcla de todo, que nos haga ponernos en el lugar de los demás... y por supuesto, que la Administración afile menos las espadas, y coja más los teléfonos... La comunicación en el año 2022 será primordial para solucionar asuntos. ¿Nos montamos juntos en este viaje?


De corazón, os deseo a todos qué el 2022 os lleve por el mejor de los caminos


2022... ¿dónde me vas a llevar?



Alberto Joven