Dicen, y con razón, que el estrés y la ansiedad minoran de forma acuciante la creatividad. Cierto es. Casi me veía ya pidiendo ayuda a ChatGPT para escribir un post. Pero no eh... este puntillo de mis post y lo que llevan dentro, seguro que no son capaces de gestionarlo por una maquinica. ¿O sí? Esto asusta... como tantas cosas.
Hace un tiempo no muy lejano, venía escribiendo uno, dos y hasta tres post algunos meses en www.albertojoven.com pero, en los últimos años, todo ha cambiado.
¿Asesores o Magos?
Todos, en multitud de ocasiones hemos hecho referencias a todas las vicisitudes que hemos vivido y sufrido con la dichosa pandemia. Todo cambió, y nada para bien.
A partir de aquel 14 de marzo de 2020, la inmediatez, que ya nos venía persiguiendo, se multiplicó por XXX; la empatía y el respeto por el prójimo, si quedaba, se perdió; todo, absolutamente todo se tornó en urgente y necesario. Además, nos creímos "muy agudos" introduciendo el teletrabajo de forma obligada y antinatural, adaptándonos una vez más a aquello que decía Darwin. Por cierto, en un comentario de mi Linkedin hace unos días, ya indicaba yo... que Darwin tenía que haber hecho nóminas...
¿Cual ha sido el resultado? Bajo mi punto de vista, negativo, excesivamente negativo.
Pero yo, aquí, he venido a hablar de mi libro, de mi situación, de nuestra situación, de la situación que arrastra a miles de familias en nuestro país. Llevamos exactamente 3 años, concretamente 1.132 días a la fecha en la que estoy escribiendo este post, que nuestra profesión de asesores se denigró. ¿Para siempre? Pinta tiene que sí...
Os voy a hacer una pequeña apostilla, a título de anécdota y comentario. Mi padre, humilde carnicero él, le llevaba al "gestor" que decía él, todo tipo de documentación, cualquiera que fuese la procedencia, y librese nadie de llevar la contraria en casa a lo que el gestor había dicho de aquella documentación. Paciencia, confianza, sumado a una calidad humana y un respeto que hoy, en muchos casos no existe para nosotros. No recuerdo yo jamás haberle exigido un "para ya" a mi padre, ni haber criticado o censurado una decisión, o regateado de mala manera el precio de un servicio. Eran otros tiempos.
Pero volvamos al hoy, abril de 2023, un día después de la presentación de impuestos del 1T. Inseguridad jurídica, cambios normativos en momentos intempestivos, situaciones caóticas con páginas web que no funcionan o funcionan a duras penas, criterios distintos no solo entre provincias, sino entre administraciones de una misma ciudad, sentencias que difieren entre juzgados, imposibilidad de comunicación con responsables de la administración, legislación mediante RDL que modifican normas en disposiciones transitorias. En definitiva, soledad, tristeza, hastío, pena... que genera una posición en la sociedad del asesor muy complicada, al estar en el punto de mira, a derecha del cliente, a la izquierda de la administración.
Y la paciencia, si había, se perdió como he dicho anteriormente. "Es darle a un botón"... algunos lo dicen, muchos lo piensan, pero resulta, que la información que sale de ese botón, está respaldada posiblemente por una Ley, dos RDL, 7 sentencias de un juzgado y un recurso en el Supremo... con lo qué, antes de darle a ese botón debemos estar seguros de la información que tenemos entre manos.
¿Sabéis qué? Antes que asesores, o magos, somos personas y también en la pandemia perdimos familiares, y nos asustamos, y se arruinaron amigos, y lloramos, y tuvimos miedo, y sufrimos... pero estar tres años sin el respeto en primer lugar de la Administración de nuestro país es algo que cuando empecé en esto, allá por 1996 jamás me hubiese imaginado.
Es muy difícil trabajar con la espada de la sanción, del miedo rodeando siempre tu pescuezo. ¿Te imaginas hacer un viaje Zaragoza-Madrid por carretera y tener a ambos lados de tu coche sendas patrullas de la Guardia Civil durante todo el viaje lanzando fotos sin parar para ver en que momento pasas de 120kmh, o estornudas, o bebes un trago de agua, o hablas con tu pareja... Así es nuestro trabajo, siempre vigilados, siempre monitorizados, donde error no puede existir, y si lo existe no tiene perdón... El asesor, siempre señalado.
¡¡¡Pero todo no puede ser negativo!!! Personalmente, estoy orgulloso profesionalmente del equipo que hemos montado en Seico Consultores, de todo el trabajo y a todas las personas a las que hemos ayudado, de todos los compañeros con los que he solucionado problemas mano a mano, de colegas de profesión que me han ayudado y a los que he ayudado, y sobre todo, estoy orgulloso de tener esperanza en un futuro mejor para mí, pero sobre todo para los míos.
Siempre lo he dicho. Hagas lo que hagas, qué sea tu pasión. Hay que estar de una pasta especial para afrontar y tener ilusión cada día cuando amanece en seguir tirando para adelante. Quejarse, está permitido, rendirse, nunca, pero ojo, que no nos rindamos, no quiere decir que no tengamos que denunciar situaciones que se están llevando por delante la ilusión de muchos compañeros y compañeras de profesión.
Y es que, no lo olvides, antes que asesores o magos, somos personas.
Alberto Joven