viernes, 28 de febrero de 2020

Los sueños se cumplen... con esfuerzo

...y a veces, se paga un peaje fuerte si no duermes bien


Pues ya hemos llegado. La verdad, que llevaba un tiempo pensando escribir un post sobre nuestro cambio en #SeicoAsesores, pero no me sentía muy inspirado. Ansiedad, estrés, miedos... son realidades que conviven con uno cuando un cambio se avecina. Y últimamente... he ido bastante bien servido de cambios... y severos.

Me acuerdo de gente, de mucha, para bien y para mal. Soy rencorosillo, que le voy a hacer, cada uno es como es... y el que la hace, de un modo u otro la debe pagar. Al menos, saber que aquí esta uno plantando cara.

De la nada, un estudiante de una familia humilde, al que nunca le ha asustado trabajar. Me he metido en mil fregados, he colaborado en mil historias, he ayudado, he estado, he ido... y me duele, que a gente que incluso he sacado de su casa, ande tocando los cojones sin sentido. Y que decir de  esos que hablan sin saber, o que conocen tu vida sin haber hablado contigo a la cara. Que sí que si... que de todos esos, también hay que acordarse. Y saber, que uno está dispuesto  plantarles cara siempre. Como aquel que le dijo a alguien que yo no era un emprendedor. A mi no claro, a la cara... me dicen pocas cosas. Por la espalda si... ¿tanto miedo doy?

Hecho esta pequeña introducción, os puedo decir que "aquí estoy yo", de lo hecho y de lo que me queda por hacer, pero sobre todo, orgulloso en primer lugar por toda esa gente que me quiere, me aprecia me ayuda... y como no, mis fans número uno. Mis hijos. Se me cae la baba, lo siento.

Mis padres, mis tíos... esa gente que siempre ha estado a mi lado, que los hay, y muchos. Esa gente que me ha apoyado, levantado en momentos difíciles. La vida es una montaña rusa, os lo decía en un post hace un tiempo.

He aprendido mucho, pero también me queda por aprender mucho más. Y ojala también pueda enseñar, ser referente, que mis hijos se fijen en algo de mi, sobre todo en lo bueno. La vida es complicada, a veces la complicamos nosotros más, y otras se nos complica, pero con salud, sobran cojones para salir adelante. De momento, la salud me respeta, los mediocres no me asustan, y tengo claras mis prioridades en la vida. Y a partir de ahí, esfuerzo, trabajo, lucha, retos, metas. Y es que la vida... son ilusiones.

Cuando dí el salto a Seico Asesores arriesgué mucho, como arriesgaron Javier Lázaro y Jesús Lorente, mis socios y a los que le debo mucho de lo que he crecido en estos 3 años a su lado. El destino es cruel, siempre lo es, y te pone pruebas en la vida, de "aquí estoy yo". Por eso, el día 1 de febrero de 2020, mientras escribía el post del aniversario de Seico, anunciando nuestra nueva sede, me llamaron de la Residencia de mi tía Teresa para anunciarme que había que ir a urgencias. Falleció. Siempre fue un referente en mi vida, alguien, que me ayudó junto a mi tío en todo, y como referente de mi vida quiso fallecer un 1 de febrero, aniversario de Seico. Tía, siempre en mi corazón.

Y es que, no os engañéis, todo esto que he escrito, es emprender. Cuando uno emprende, crece, o se hunde. Yo tuve una aventura emprendedora, que me intentó hundir, pero me enseñó a crecer. Fracasar, es una prueba importante, pero hay que fracasar barato. A mi la broma me salió cara. Sin embargo, quise seguir adelante, y no me dejé, y ahí estamos con Seico Consultores (nuestro nuevo nombre) rodeado de profesionales, amigos, y sobre todo gente con ganas de hacer el trabajo un lugar donde generar buenos ratos, aunque, por supuesto, existan momentos de tensión.



No se si soy jefe, o compañero, socio o trabajador. Soy Alberto Joven, el que una vez te puso un cubata en Interpeñas, o hizo una charla en Miralbueno, o la megafonía de su pueblo. El mismo, ese mismo, que se pone su camisa y su pantalón de "tergal" como diría mi amigo Fito por la mañana para dar el 100% en su asesoría.

Y... os repito, todo eso es ser un emprendedor, que de repente, se ha visto en #Sagasta2 en uno de los sitios más privilegiados de Zaragoza, con dos de los mejores profesionales que he conocido en mi vida, y por supuesto, gente que me ha demostrado poder confiar en ellos, no solo en lo laboral, sino también en lo personal. Todos hemos sumado, pero... siempre estaré agradecido a Javi y Chus, para mí dos referentes en mi vida.

¡Ah! Por cierto, esto no para aquí, en mi cabeza más proyectos más motivos para seguir ilusionado. Tres prioridades antes de nada. Que mis hijos sigan felices conmigo, que mi madre conserve la vista como hasta ahora, y que toda esa gente que me rodea y me hace feliz, siga a mi lado, porque sin ellos... este emprendedor nunca llegaría a nada.

Vaya rollo os he soltado. Y eso que no quería escribir mucho... pero cuando se escribe desde el corazón sin pasar por la cabeza, pasan estas cosas.

Pues eso, uno que no es emprendedor, y que daba charlas de emprendedores, os espera en Paseo Sagasta 2, para tomar un café con vosotros, y por supuesto, ayudaros en lo que uno pueda

Esto no ha hecho más que empezar.

P.D. Papá, también va por ti, no seas cascarrabias.


Alberto Joven
info@albertojoven.com
ajoven@seicoasesores.es

Twitter: @alberjv

miércoles, 12 de febrero de 2020

La pausa: Café, copa y puro

¡Qué nos volvemos locos!

Y es que, al final va a ser verdad que vemos demasiada televisión... ¡¡oye y lo que entendemos de todo!!

Hace no mucho, la conversación fue el SMI, que parece que ya se nos ha olvidado, pero ahora tenemos un comentario estrella en los corrillos "obligación de fichar la pausa del café o del cigarro"

Así, sobre la marcha... ¿qué pasa pues? ¿qué hay de malo? ¿nada no? La empresa te pone a disposición que determinado tiempo de trabajo lo utilices para charlar con tus compañeros, tomar un café o fumar un cigarro. ¿Y si no fumo? Pues... yo que se, leerás el Marca, escribirás en Facebook o le mandarás whatsapp a tus amigos con Memés del Gobierno. ¿O no?

La cuestión, es que nos volvemos locos. Demasiado locos.


El Control Horario en las empresas

Hay empresas, que tienen la costumbre sus empleados de tomar un café de 20 minutos al día. En unos convenios, está regulado, en otros no. En unos se descuenta el tiempo, en otros no... En unas empresas hay manga ancha, en otras no... ¿Os ha dicho algo nuevo la Sentencia de la Audiencia Nacional? ¡A mí no!

¿Qué ocurre? Que Sentencia en mano, se habla de un caso muy concreto, de una situación muy concreta que un Comité ha llevado al Juzgado. Y no quedará ahí... puesto que esto posiblemente irá al Supremo.

Muchos telediarios, con respuestas de personas que dicen que no es para tanto. Hacemos unas cuentas sencillas. Un café de 20 minutos, por 225 días, son 4.500 minutos, 75 horas de trabajo, algo más de 9 días laborables. ¡¡Ojo!! Que no me parece ni mucho ni poco... ni bien ni mal, que son datos.

¿Se imagina alguien una norma que diga que hay que salir 20 minutos todos los días más tarde? No por el café... sin café y 20 minutos más tarde.

Sentido común. Las empresas que lo hacían bien, lo seguirán haciendo bien, pero las que lo hacían mal, lo seguirán haciendo mal.

Los que pagaban por debajo del SMI, lo seguirán haciendo, los que pagan en negro también. Los que explotan a la gente también.

Café, copa y puro, pero talento cero. Pa qué...

¿Por qué pasan estas cosas?

Porque se legisla con la gorra, con las tripas, con el titular, y no se conoce el verdadero interior de la empresa, de la Pyme, de la verdulería de tu barrio que trabajan 3, o del bar de la esquina.

Cuando la norma del Control Horario ya avisé que era algo que carecía de enjundia, que tenía lagunas, que no se podía legislar de ese modo. Así pasa lo que pasa... legislamos con la pancarta y después, sellos y parches por todos lados.

Ahora todos alborotados... y los de los bares nerviosos. No se asusten ustedes, que todos seguiremos con el café... o como no, en caso contrario nos pasaremos al Kas de limón.


Alberto Joven
info@albertojoven.com
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