La verdad es que llevaba unos cuantos días para escribir un artículo para mi blog, pero entre unas cosas y otras, pitos y flautas, al final... se me quedaba el "propósito" en el aire. ¡¡Una palabra preciosa!! ¡¡Propósitos!!
El 31 de Diciembre 2017 a las 23.57 todo eran buenos propósitos y buenas ideas para el 2018. "Al año que viene cambio...", "Al año que viene me apunto...", "El 1 de Enero empiezo...", "De este año no pasa..." ¡¡Os suena a todos eh!!
Fíjate que solo llevamos una par de semanas de aquellos propósitos, y seguro que alguno se ha quedado ya en el aire... ¿a que sí? Venga... no me hagas jugarme mi Kas de Limón.
Bajo mi punto de vista, sin ser un experto en Psicología ni Sociología, simplemente basándome en mi experiencia, no es malo tener propósitos, pero si es malo que estos sean intangibles, difíciles de digerir o lograr. En una palabra... si te conviertes en un "tonto con ilusiones" te puedes frustrar. ¿Me has entendido a la primera, verdad?
En primer lugar, pequeñas metas a corto plazo, y metas más complicadas a medio largo plazo. Ir sumando etapas, te hará más fácil conseguir tus metas. Es fácil de entender... ¿cómo vas a subir al Everest si no has subido nunca a la sierra de tu pueblo?
El 2018 viene cargado de proyectos y cargado de propósitos... cargado de ilusiones, pero con mucho trabajo por delante. Nadie regala nada... ni el "calvo de la lotería". Tener una base sólida, cimentarse, hacerse fuerte abajo para poder crecer, es requisito imprescindible. Sin esa base, todo lo que construyas será lo que vulgarmente decimos castillos en el aire.
En definitiva, que no es malo tener propósitos, que no es malo tener ilusiones, pero si que es importante tenerlas cimentadas sobre algo real, porque en caso contrario caerás por el tobogán, y ese tobogán a veces no tiene fin... ¡y puedes caer en hierba o en cemento!
Que no que no... que no soy un especialista en Psicología ni Sociología... pero es que yo he caído en cemento... y bien duro que estaba el suelo. No me consideraba un tonto con ilusión, pero es cierto que uno de mis proyectos me hizo caer... y bien. ¿Por qué? Posiblemente porque puse en la balanza más ilusión que realidad, porque puse más tesón que datos, y porque uno tiene que confiar en sus posibilidades, pero nunca fiarse de las que ofrezcan los demás. Al final, el tobogán no tenía freno... ¡¡Pero no pasa nada!! De todo eso también se aprende, y duele, ¡¡vaya que si duele!! porque cuando das el 200% de algo, aunque solo sea de ilusión, jode mucho perder. Los que me conocen, ya saben que me refiero a mi aventura en Tendido 18 Teruel
Y con todo esto... que ya nos hemos comido una parte del 2018, que queda menos para cumplir nuestros proyectos... y que con solidez, esfuerzo y dosis de ilusión, con los cimientos que tenemos, los cumpliremos ¡¡seguro!!
👉👉👉👉👉 ¡¡¡2018 que vamos a por ti!!!
Alberto Joven
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ajoven@seikoasesores.es
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Twitter: @alberjv
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